INTRODUCCIÓN
1. Concepto de Didáctica
1.1 Origen etimológico y breve recorrido histórico
Didaxis tendría un sentido más activo, y Didáctica sería el nominativo y acusativo
plural, neutro, del adjetivo didaktikos, que significa apto para la docencia. En latín ha
dado lugar a los verbos docere y discere, enseñar y aprender respectivamente, al campo
semántico de los cuales pertenecen palabras como docencia, doctor, doctrina, discente,
disciplina, discípulo...
Desde su origen en la antigüedad clásica griega, el sustantivo didáctica ha sido el
nombre de un género literario. Precisamente aquel género que pretende enseñar, formar
al lector. Y ésta es una intención presente en muchos escritores, como en Los Trabajos y
los días, o la Teogonía de Hesíodo (citado por Benedito, 1986). También en Las
Geórgicas de Virgilio o el Arte de amar, de Ovidio.
En la Edad Media, Ramón Llull será uno de los autores más importantes en este género. También se pueden considerar dentro de él todo el conjunto de cuentos y apólogos del Infante don Juan Manuel o de Alfonso X, puesto que su intención es la de presentar en forma literaria consejos morales, religiosos o técnicos. Incluso el Marqués de Santillana, con su célebre definición de poesía caería en este ámbito: "¿Qué cosa es la poesía... sino un fingimiento de cosas útiles, encubiertas o veladas con muy fermosa cobertura?". No en vano el Marqués de Santillana ha sido el autor de una de las primeras antologías folclóricas como es Refranes que dicen las viejas tras el fuego, con evidente finalidad didáctica. En el Renacimiento gusta la idea de que la literatura es un modelo para la vida más que viceversa. Hoy día, la literatura "comprometida" –desde el realismo crítico al social– no es más que un género didáctico disfrazado, en su designio de modificar la sociedad o de servir de consigna revolucionaria. La poesía es un arma cargada de futuro, como apuntaba certeramente Gabriel Celaya: “La poesía no es un fin en sí... – decía– Es un instrumento para transformar el mundo”.
Encontramos el origen del término con un significado distinto del literario en Centroeuropa en el siglo XVII. Ratke y sobre todo Comenio utilizaron la denominación de Didáctica tomada del latín, no del griego. Para Comenio, el autor más importante de los inicios de esta disciplina, con su obra Didáctica Magna, la Didáctica era “el artificio universal para enseñar todas las cosas a todos, con rapidez, alegría y eficacia”. Luego esta palabra cayó en desuso, hasta que en el siglo XIX Herbart y sus discípulos la resucitaron. Limitaban su contenido al conjunto de los medios educativos e instructivos. Otto Willmann volvió a darle un carácter más general, tal vez en exceso, como teoría de la adquisición de lo que posee un valor formativo, es decir, la teoría de la formación humana. Con lo cual llegaba a confundirse con toda la Pedagogía o ciencia global la educación.
En la Edad Media, Ramón Llull será uno de los autores más importantes en este género. También se pueden considerar dentro de él todo el conjunto de cuentos y apólogos del Infante don Juan Manuel o de Alfonso X, puesto que su intención es la de presentar en forma literaria consejos morales, religiosos o técnicos. Incluso el Marqués de Santillana, con su célebre definición de poesía caería en este ámbito: "¿Qué cosa es la poesía... sino un fingimiento de cosas útiles, encubiertas o veladas con muy fermosa cobertura?". No en vano el Marqués de Santillana ha sido el autor de una de las primeras antologías folclóricas como es Refranes que dicen las viejas tras el fuego, con evidente finalidad didáctica. En el Renacimiento gusta la idea de que la literatura es un modelo para la vida más que viceversa. Hoy día, la literatura "comprometida" –desde el realismo crítico al social– no es más que un género didáctico disfrazado, en su designio de modificar la sociedad o de servir de consigna revolucionaria. La poesía es un arma cargada de futuro, como apuntaba certeramente Gabriel Celaya: “La poesía no es un fin en sí... – decía– Es un instrumento para transformar el mundo”.
Encontramos el origen del término con un significado distinto del literario en Centroeuropa en el siglo XVII. Ratke y sobre todo Comenio utilizaron la denominación de Didáctica tomada del latín, no del griego. Para Comenio, el autor más importante de los inicios de esta disciplina, con su obra Didáctica Magna, la Didáctica era “el artificio universal para enseñar todas las cosas a todos, con rapidez, alegría y eficacia”. Luego esta palabra cayó en desuso, hasta que en el siglo XIX Herbart y sus discípulos la resucitaron. Limitaban su contenido al conjunto de los medios educativos e instructivos. Otto Willmann volvió a darle un carácter más general, tal vez en exceso, como teoría de la adquisición de lo que posee un valor formativo, es decir, la teoría de la formación humana. Con lo cual llegaba a confundirse con toda la Pedagogía o ciencia global la educación.
Hoy el término Didáctica está completamente extendido en todo el ámbito europeo
continental y países de su órbita cultural. En Alemania, Francia, Italia, España e
Iberoamérica goza de una gran tradición y desarrollo. Pertenece al léxico culto
generalizado.
Al mismo tiempo, hay que destacar que el término es poco usado1
en todo el territorio
anglosajón, aunque no así su contenido. Al mismo contenido se le aplica el nombre de
enseñanza o el de aprendizaje, según el punto de vista. Y hoy tiende a coincidir, por una
superposición del campo abarcado, con el término currículum.
1.2 Definición
Después de ver el origen etimológico y el uso por parte de los autores desde Ratke y
Comenio, se impone llegar a una definición precisa. Todos los que han escrito de obras
de Didáctica han aportado la suya estableciendo variaciones a las de los demás. Pero
con un elevado de nivel de coincidencia, como no podía ser de otro modo.
Fernández Huerta (1985, 27) apunta que la "Didáctica tiene por objeto las decisiones
normativas que llevan al aprendizaje gracias a la ayuda de los métodos de enseñanza".
Parece que la Didáctica debería ocuparse de los procesos que tienen lugar en un
contexto curricular o institucional. ¿Recibirá con propiedad la consideración de
curricular una actuación en educación no formal? ¿Y en educación informal? Nos
inclinamos a aceptar esta consideración positiva en las situaciones susceptibles de
planificación y desarrollo. Mientras que en aquellos casos menos organizados a priori,
el aspecto didáctico puede estar presente como concepción artística de la comunicación
educativa, pero no tanto como componente científico.
2. Clasificación interna de la Didáctica
a. Didáctica General
La parte fundamental y global es la Didáctica General, ya que se ocupa de los principios
generales y normas para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia los objetivos
educativos. Estudia los elementos comunes a la enseñanza en cualquier situación
ofreciendo una visión de conjunto. También ofrece modelos descriptivos, explicativos e
interpretativos generales aplicables la enseñanza de cualquier materia y en cualquiera de
las etapas o de los ámbitos educativos. Aunque debe partir de realidades concretas, su
función no es la aplicación inmediata a la enseñanza de una asignatura o a una edad
determinada. Se preocupa más bien de analizar críticamente las grandes corrientes del
pensamiento didáctico y las tendencias predominantes en la enseñanza contemporánea
(Mattos, 1974, 30).
b. Didáctica Diferencial
Llamada también Diferenciada, puesto que se aplica más específicamente a situaciones
variadas de edad o características de los sujetos. En el momento actual, toda la
Didáctica debería tener en cuenta esta variedad de situaciones y hallar las necesarias
adaptaciones a cada caso. Por tanto, estrictamente, la Didáctica Diferencial queda
incorporada a la Didáctica General mientras ésta llegue a dar cumplida respuesta a los
problemas derivados de la diversidad del alumnado. Bien es cierto que, en algunos casos como con alumnado de necesidades educativas especiales, se exige una
adaptación profunda de las estrategias a utilizar. Pero no es otro tipo de Didáctica, sino
una aplicación a casos especiales. En general, la Didáctica puede responder a la
diversidad del alumnado mediante adaptaciones como las que recoge el Currículum de
Educación Secundaria en Cataluña:
c. Didáctica Especial o Didácticas específicas
Trata de la aplicación de las normas didácticas generales al campo concreto de cada disciplina o materia de estudio. Hoy día se utiliza también la denominación de
Didácticas específicas, entendiendo que hay una para cada área distinta: Didáctica del
lenguaje, de la matemática, de las ciencias sociales o naturales, de la expresión plástica,de la educación física, etc.
Toda ciencia tiene un objeto material (quod) y un objeto formal (quo). El primero es la
misma realidad que estudia. Y el segundo se refiere al enfoque o perspectiva desde la
cual se contempla el objeto material. El objeto material de la Didáctica es el estudio del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Y su objeto formal consiste en la prescripción de
métodos y estrategias eficaces para desarrollar el proceso mencionado.
Muchos autores consideran que el objeto de la Didáctica es –simplemente– la enseñanza
o bien, como objeto formal, la instrucción educativa (Oliva, 1996, 58). En algunos
casos, a ello añaden otros elementos, como Benedito (1987, 10), quien apunta también
como el contenido semántico que es objeto de la Didáctica:
- la enseñanza,
- el aprendizaje,
- la instrucción,
-la comunicación de conocimientos,
- el sistema de comunicación,
-los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para Ferrández (1981, 68) el objeto formal de la Didáctica es “la actividad docente-discente
con los métodos adecuados”. Otra manera de denominar el proceso
comunicativo, bidireccional que tiene lugar en cada acto didáctico. O, dicho de otro
modo: el proceso de enseñanza-aprendizaje que acontece cuando están en relación un
docente y un discente (o más de uno) en la que el primero selecciona y utiliza diversos
procedimientos, métodos o estrategias para ayudar a conseguir el aprendizaje del
segundo.
Zabalza (1990, 139) considera el amplio campo conceptual y operativo del que debe
ocuparse la Didáctica y se refiere a un conjunto de situaciones problemáticas que
requieren la posesión de la información suficiente para la adecuada toma de decisiones.
Cita los siguientes problemas:
- la enseñanza, como concepto clave,
- la planificación y el desarrollo curricular,
- el análisis en profundidad de los procesos de aprendizaje,
- el diseño, seguimiento y control de innovaciones,
- el diseño y desarrollo de medios en el marco de las nuevas tecnologías
educativas,
- el proceso de formación y desarrollo del profesorado,
-· programas especiales de instrucción.
Evidentemente, esta lista es bastante más exhaustiva que las anteriores. Pero es porque
ha llegado a un grado mayor de concreción y especificación práctica de la realidad, lo
cual nos muestra la variada gama de actividades y problemas de los que se ocupa la
Didáctica y en los cuales estos conocimientos son útiles y aplicables. En el fondo, si
llegamos a un grado mayor de abstracción y generalización, podemos ver que se trata de
procesos de enseñanza-aprendizaje en su sentido más amplio.
Si la Didáctica es la ciencia que tiene por objeto el estudio del proceso de enseñanza-aprendizaje,
como decíamos antes, éste será su objeto principal. Pero no sólo de estudio,
sino también su ámbito de actividad práctica.
La teoría de la enseñanza y del aprendizaje (Unterrichtstheorie) equivale actualmente a
la Didáctica en los países germánicos e incluye a la teoría curricular (Klafki, 1980,
1991). Así, pues, también se puede considerar que el objeto de la Didáctica es el
estudio, elaboración y práctica del currículum. Pero esta manera de formular el objeto
de la Didáctica no es en el fondo muy distinta del proceso de enseñanza-aprendizaje. A
este respecto, nos dice Estebaranz (1994, 69): “Hoy nos planteamos la pregunta ¿cuál es
el objeto de la Didáctica? ¿es la teoría y tecnología de la enseñanza? ¿o del currículum?
¿o es que hablamos de una misma cosa desde distintas perspectivas?”. Efectivamente,
hemos constatado que no hablamos de cosas distintas, aunque haya sus matices
(Mallart, 2000a).
Ferrández (1984) distingue el objeto material del formal. Destaca la enseñanza, con sus
elementos representados en las caras de un tetraedro: discente, docente, método,
materia. Como objeto formal se explicita "la actividad mecánica, semántica o sintáctica
del docente-discente, con matriz bidireccional, que emplea el método más adecuado a
cada acto didáctico" (Ferrández, 1984, 239). En el proceso de enseñanza-aprendizaje
habrá que considerar estos elementos: la relación docente-discente, método o conjunto
de estrategias, materia o contenido del aprendizaje... y el entorno sociocultural, en su dimensión más próxima. A la que habría que añadir los elementos culturales propios de de
la comunidad en la que esté incardinada la escuela. Ferrández coincide así, con los
elementos fundamentales para tomar las decisiones relativas a la elaboración del
currículum según Schwab (1978), que son: alumno, profesor, entorno y materia.
Lo importante será la relación entre la enseñanza por una parte, y el aprendizaje por
otra. Se repite hasta la saciedad que no tendría sentido la enseñanza si no provocase el
aprendizaje. Pero también se debe reconocer que el grado de efectividad de la primera
es tal que no siempre se puede asegurar que la enseñanza sea la causa de todos los
aprendizajes.
http://www.xtec.cat/~tperulle/act0696/notesUned/tema1.pdf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario